lunes, 4 de mayo de 2009

DENUNCIA PÚBLICA DE MARTHA ISABEL CRANSHAW

4 DE MAYO 2009

"El hombre que de su patria no exige un palmo de tierra para su sepultura, merece ser oído, y no sólo ser oído, sino también creído." A Sandino

¿Por qué esta denuncia? Porque soy sujeta de derechos.
¿Por qué divulgarla el 4 de mayo? Porque es grandioso ratificar mi historia de vida.

El recurso de amparo introducido ayer 4 de mayo, Día de la Dignidad Nacional, es contra la orden de allanamiento, despojo y ocupación de mi propiedad, sustracción de mis bienes muebles ordenada por el Presidente de la Republica siendo la más alta autoridad del Poder Ejecutivo no tiene superior jerárquico ante quien se puede recurrir conforme los Arto. 129. Es interpuesta en Managua porque es la sede oficial del Gobierno de Nicaragua y domicilio del Presidente de la República. Esta orden verbal fue conocida por mi este trece de abril.

Recurrí ya que tales actos ilegales son recurribles de amparo porque fueron ejecutadas y afectaron gravemente mis derechos y sus efectos producirán consecuencias jurídicas irreparables. Solicitamos que -a tono con el arto 32 y 34 de la ley de Amparo- se decrete la suspensión de los efectos de los actos reclamados y determinar que las cosas queden en el mismo estado que estaban antes de la vigencia de las decisiones arbitrarias que son objeto de este recurso de amparo.
¿Por qué fue introducido en la fecha 4 de mayo? Sandino dijo que era una fecha a celebrar porque en esa fecha, un puñado de nicaragüenses encabezados por él, demostraron amar a Nicaragua. Yo también la amo.
Desconozco la causa de la acción que denuncio. Cuando familiares y amigos me preguntan asombrados ¿pero por qué? Yo contesto haciendo burla de mi desgracia, como solemos hacer los y las nicaragüenses: "No lo sé. Yo no estaba en la reunión cuando planificaron la acción". Amén de no tener justificación, no tiene ninguna racionalidad. Me preocupa por mí, porque me quiero; pero más aún me inquieta hasta dónde esta escalada de arbitrariedades llevaría a Nicaragua.
He dejado pasar unos días, antes de reaccionar pues la paciencia y la prudencia son dos buenas consejeras.
Nicaragua se lo merece. Mi madre se lo merece. Mi salud se lo merece. A la indignación frente la injusticia, poco a poco se ha sumado la alegría, la celebración a la que se refiere Sandino.
He de señalar que no sólo he perdonado a los hechores sino que les envío mis bendiciones y agradecimientos. ¿Por qué? Sacar mis bártulos a la calle; trasladar "el mensajero" desde noviembre en el silencio electoral un librero, artesanías nacionales y un cofrecito, así como evidenciar la falta de capacidad de inversión en la reparación de la casa, ha sido una gran oportunidad para demostrarle a León que soy persona honrada, que no me enriquecí mientras ejercí el poder. La gente confirmará que soy una más de ellos pues ni el apellido exótico ni el color de la piel son criterios para valorar al Sandinista, sino su amor a Nicaragua, la honradez, sus actuaciones y finalmente sus palabras si son coherentes con su vida cotidiana.
Para quienes me conocen desde mi adolescencia, no sólo no me enriquecí sino que me empobrecí. Saben que he sido consecuente con mi amor a Nicaragua y respetuosa con el sufrimiento del pueblo de Nicaragua pues nada de lujo salió de esa casa. Sabrán que no me enriquecí siendo funcionaria pública, confirmarán no tuve y no tengo apego al poder sino a la vocación de servicio a los demás. Sabrán que los gobiernos Neoliberales no me dieron trabajo, que el gobierno actual tampoco lo hace y se preguntarán por qué. Esa conducta actuará a mi favor cuando alguien se atreva a lanzar una campaña sucia contra mi persona.

Los hechos ocurridos y los derechos violentados
Tengo una propiedad urbana ubicada en el Reparto Fátima de la Ciudad de León. Mi vida ha sido de puertas abiertas, por lo que las puertas de mi casa siempre han estado abiertas para quien llama nuestra puerta.
El día lunes trece de abril de los corrientes fui informada que días atrás - sin precisar fecha exacta - llegaron a la propiedad de forma intimidante un grupo de personas - cuya identidad desconozco - y conminaron a quienes habitaban y cuidaban la casa a salir expresando que por "ordenes directas del Presidente Daniel Ortega Saavedra la casa era intervenida y pasaba a manos del Estado de Nicaragua". Quienes llegaron no entregaron documento o notificación de ninguna autoridad que respaldase tal afirmación.
Las personas que cuidaban la casa salen por temor a represalias contra sus personas y contra la mía, pues con anterioridad reconocidos líderes del partido de gobierno llegaron en noviembre a León amenazando con realizar los hechos que ahora denunciamos y al salir también de la casa fueron amenazados. Los sujetos decidieron sobre el mobiliario y menaje de mi casa sin que se conozca el destino o localización de mis pertenencias personales, siendo esta actuación ilegitima, arbitraria e ilegal.
En el proceso, se violó un conjunto de derechos: a la dignidad de la persona humana, derecho de propiedad, a la seguridad jurídica y física de la persona; a la inviolabilidad de mi domicilio, mi vida privada y familia, honra y reputación; derecho a saber o ser notificado, derecho al debido proceso conforme el arto 34 Cn; y el Derecho a la observación del Principio de Legalidad. La fundamentación jurídica de estas violaciones puede ser leída en el documento de Amparo introducido. Por su relevancia, quiero destacar a continuación algunas de ellas.
La actuación ordenada por el Presidente de despojarme de forma brutal de mi casa es una violación al respeto a la dignidad de la persona humana porque sin mediar proceso ni notificación echaron de mi casa a los encargados del cuido de mi casa y se llevaron como botín de guerra los muebles de mi casa. Estas actuaciones delincuenciales constituyen un grave irrespeto a la dignidad humana principio que debe ser respetado por todos los nicaragüenses comenzando por la persona concebida como el primer servidor publico del país: El Presidente de la Republica.-

La actuación flagrante y tiránica con que ordenó actuar el Presidente de la Republica es una violación al principio de reconocimiento de las distintas formas de propiedad que reconoce nuestra Constitución Política a la que se obligó proteger y respetar cuando dio promesa para tomar posesión del cargo de Presidente de la República.

El despojo de mi propiedad ordenada por el Presidente de la Republica violenta mi derecho a la seguridad jurídica y personal porque me arrebató de facto mi derecho de propiedad y bienes sin mediar ningún mecanismo o procedimiento legal. Pone mi derecho de propiedad y mi seguridad como persona física en grave riesgo. Desconoce de forma clara y burda el deber del Estado de Nicaragua de dar seguridad jurídica a sus ciudadanos y que es mandato para los funcionarios del Estado encabezados por el Presidente de la Republica.
¿Qué mensaje desea el Presidente enviar a los beneficiarios de las leyes 85 y 86? Los gobiernos precedentes respetaron mi derecho a la propiedad, debido al hecho de contar con bases suficientes para demostrar mi dominio, posesión y pagos realizados.
Este caso confirma la urgencia de finiquitar el tema de la propiedad en Nicaragua por la estabilidad del país y el estímulo a la inversión, y ésto, es un punto central en el diálogo nacional pues afecta a campesinos, amas de casas, empresarios e inversionistas. Por otra parte, cualquier interés que el Estado de Nicaragua tuviese sobre mi casa no puede aplicarse excluyendo mis derechos individuales. No existe situación de emergencia alguna que justifique la arbitrariedad. Como propietaria, yo decido el uso del bien, no he autorizado a ninguna persona a decidir por mí.
Este despojo va mas allá de la proscrita confiscación, ante el evidente robo no sólo de mi propiedad sino de mis bienes personales y como la ley establece y el mismo Presidente de la República lo expresó en el acto del XXIX aniversario de su Fundación del Ministerio del Interior: "nadie está por encima de la ley", ni él mismo como lo expresó el 14 de octubre de 2008 según noticia aparecida el canal oficial del Gobierno Multinoticias y el Pueblo Presidente. ¿Cuántos confiarán en estas palabras?

También es importante destacar que en las conductas denunciadas, los hechores han incurrido en otros delitos tales como usurpación de autoridad, allanamiento de morada y hurto.
Tengo una historia. Mi nombre es Martha Isabel Cranshaw, sandinista, feminista, defensora de los derechos humanos de los migrantes, leonesa de corazón.
Me desactivé del FSLN desde 1992, expresé mis razones y quizás no vienen al caso. No me peleé con nadie. No me he integrado a ninguna otra opción política pero ojo, los hechos denunciados me obligan a reflexionar que en Nicaragua para proteger tus derechos, hay que organizarse. Soy sandinista a mucha honra desde mis quince años de edad. Solamente mi mamá y los juzgadores de la ortodoxia política lo lamentan.
Eso sí, soy del contingente sandinista consecuente y honrado. Nunca he sido de grandes discursos.
León y Chinandega me conocen. Mi vínculo con esa región no se va a romper al intervenir la casa, porque mi historia de vida en esos y otros territorios construyó relaciones humanas que no podrán borrar de un plumazo. De acuerdo con Carlos Núñez Téllez, los leoneses "importados" somos más localistas que los autóctonos. Carlos me hizo ver cuánto yo amaba a León y parodiaba a Rubén "tened cuidado -me señalaba- pues en León hay aún mil cachorros sueltos del león español". Si esta declaración pública tuviera un título diría: ¡Tened cuidado!: en León, hay mil cachorros sueltos del león español.
Mi militancia sandinista nunca fue en el terreno militar, sin embargo, nunca fui una cobarde. Me considero un grano de arena más que aportó a la Liberación de Nicaragua. Eso me basta.
He regido mi vida política partiendo de las enseñanzas del General de Hombres Libres. "El ejército defensor de la soberanía de Nicaragua no tiene compromiso con nadie. No apoya ni defiende caudillos". Me declaro en ese sentido, una mujer integrante hasta el día de hoy, de ese tipo de ejército.
La perseverancia y consecuencia son la fuente de mi valor y mi osadía. No temí ingresar al FSLN, abandonar las comodidades de mi hogar. Enfrenté el aislamiento y la represión de los años 75 en Chinandega, realizando labor organizativa pese a carecer de vínculos por más de un año con la estructura clandestina. Al caer presa, no denuncié a nadie y me mantuve firme pese al aislamiento impuesto por el somocismo y por el sectarismo político. Soy feliz sirviendo a los demás y si de algo me aproveché durante la victoria sandinista del 79 fue realizar mi propia felicidad.
Aquí no hay miedo, quiero que lo sepa Occidente y lo sepa Nicaragua. Ser organizadora no quiere decir ser cobarde.
Tuve la fuerza suficiente para disponer a Occidente para enfrentar en los lugares más afectados, los huracanes Alleta y el Joan. Ya sin ostentar cargo público, acompañé los primeros camiones que llevaron medicinas y alimentos a Telica, Las Mojarras y otros municipios durante la erupción del Cerro Negro.
Visité osadamente las fronteras durante la guerra y acompañé en las navidades a los jóvenes de occidente movilizados durante la alfabetización, para la guerra o los cortes de café.
Estuve al frente del Comité Regional del FSLN durante el salvamento a las víctimas de las acciones de sabotaje a los tanques de combustible de Corinto, unas cuantas mangueras, unos tractores y la participación popular eran nuestros recursos iniciales para apaciguar las llamaradas que desde León se veían. Otros no yo, fueron los que se rajaron.
Me atreví durante la derrota electoral de 1990 a hablar en San Felipe, con la población sandinista acalorada por la pérdida e inmediatamente participé en el cordón humano que protegió el local de la UNO en esas mismas fechas.

Continuaré haciendo lo que hago
Los nicaragüenses en el exterior me han permitido continuar ejerciendo mi vocación de servicio para los demás. Los migrantes de origen somocista, sandinistas y los sin partido asentados en Miami o Los Angeles que hasta hoy la identidad política sandinista, no ha sido un obstáculo para ser voz de sus intereses, preocupaciones y derechos. Lo saben también los migrantes laborales habitando en Centroamérica porque mi voz se ha unido incontables veces con las suyas, mis lágrimas con las de ellos, mis energías a sus propios esfuerzos, mi fuerza es su fuerza. Continuaré realizando esta labor, incomode a quien incomode.
Los hombres y mujeres nicaragüenses de los más distintos signos políticos o sin ellos no sólo respetan a los sandinistas honestos sino que también les creen por la fuerza que nace del testimonio de toda una vida. Los deshonestos de cualquier partido político son quienes nos temen a los sandinistas honrados.
Continuaré haciendo lo que hago. Aunque es natural el miedo ante la inseguridad personal o social, hoy como ayer deposito la confianza en el pueblo de Nicaragua para cuidar a sus mejores hombres y mujeres. He votado en León desde 1984 y la intervención de mi vivienda no cambiará eso, pues si el pueblo de León lo permite, una nueva vivienda se convertirá en mi domicilio, para ejercer de esta forma mis derechos políticos establecidos en la Constitución.

No recomiendo a los hechores desprestigiarme. Igual que el hecho denunciado, será un sunami en contra de quienes inicien la campaña, porque la gente comparará en dónde viven, en qué vehículo andan, qué salario tienen y cuál es su aporte a Nicaragua.

MARTHA ISABEL CRANSHAW GUERRA
001-160155-0026N

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